BLOG NOTABLE!

Monday, March 30, 2009

entrada 1600

moni. dice:
paresco una monja
lola- tinta tinta tinta tinta tintaaaaaaaaaaaaaaaaaa -a liquor bottle that drinks itself dice:
que monja chica
lola- tinta tinta tinta tinta tintaaaaaaaaaaaaaaaaaa -a liquor bottle that drinks itself dice:
pareces
lola- tinta tinta tinta tinta tintaaaaaaaaaaaaaaaaaa -a liquor bottle that drinks itself dice:
una super bomba sensual
moni. dice:
una super monja sensual

Thursday, March 26, 2009

lorenaospinadiaz dice:
estoy buscandome

lola- -a liquor bottle that drinks itself dice:
estas en el presente

jaja gracias jeli



lola- -a liquor bottle that drinks itself dice:
que marico es word subrayandome toda verga
lola- -a liquor bottle that drinks itself dice:
WORD MARICO
Jek - Strawberrygrunchy heart.Beats dice:
jajajaa
Jek - Strawberrygrunchy heart.Beats dice:
ladilla es cuando sale el clip maricon


lola- -a liquor bottle that drinks itself dice:
te acuerdas como se llamaba?
lola- -a liquor bottle that drinks itself dice:
CLIPO
lola- -a liquor bottle that drinks itself dice:
que maricon
lola- -a liquor bottle that drinks itself dice:
CLIPORIS

Tuesday, March 24, 2009

Ingmar Bergman habla




"My feeling of 'god doesn't exist" is not a terrifying feeling, it's a feeling of security, it's a feeling of 'this is us, we are here', and the holiness that exists, because it exists, is inside us and it is a creation of generations and generations and generations of hope, fear, desire, creative minds... prayers. And that still exists in me and I'm very happy to have it. It's on of the best parts inside me. But some sort of god outside us... I have left it, I can't believe something like that."

la mas dura de las duras, belladonna, por ed fox

guess who's back

lola- -a liquor bottle that drinks itself dice:
ella sabe que es una estrellita
lola- -a liquor bottle that drinks itself dice:
viste como se anuncia, como un teaser
lola- -a liquor bottle that drinks itself dice:
pone el pelito nada mas
lola- -a liquor bottle that drinks itself dice:
que es como su sello de batman
lola- -a liquor bottle that drinks itself dice:
que bella
lola- -a liquor bottle that drinks itself dice:
si hubiera una looseñal, asi como una batiseñal, te imaginas?
lola- -a liquor bottle that drinks itself dice:
seria la silueta de una maraña de pelo
lola- -a liquor bottle that drinks itself dice:
proyectada sobre las nubes

steven seagal

- mein Führer I can WALK - I'm a curse and I'm a sound dice:
soy como un psicologo de una peli de roman chalbaud
- mein Führer I can WALK - I'm a curse and I'm a sound dice:
soy como un perrero psicologo!!
- mein Führer I can WALK - I'm a curse and I'm a sound dice:
tu te imaginas eso? un perrero que fuese tu psicoanalista y que encima te vendiera perros así mientras consultas
- mein Führer I can WALK - I'm a curse and I'm a sound dice:
y con todas las salsas
- mein Führer I can WALK - I'm a curse and I'm a sound dice:
con un divan en plaza venezuela!!

Monday, March 23, 2009

gochita corta su pelo, yaeyacoolé






Para Raul (de "El Librero")




La empresa británica Populus realizó a finales del año pasado una encuesta para determinar cuán a menudo mienten los habitantes del Reino Unido a la hora de enumerar los libros que han leído. El sondeo fue realizado como parte de una campaña nacional para promocionar el 2009 como año de la lectura e incluyó a 1.500 personas, más de la mitad adolescentes.
Cuatro de cada diez consultados admitieron haber mentido sobre sus lecturas para impresionar en su entorno social. Por género, 46 por ciento de los hombres mienten al respecto, un número sensiblemente mayor al de las mujeres, 33 por ciento, que dejan a la sinceridad en segundo plano.
La historia es aún más entretenida cuando los consultados son adolescentes: 74 por ciento de ellos han mentido para impresionar a su posible pareja y amigos. Pero, para ese 74 por ciento, mentir no se reduce a libros sino que en ocasiones se extiende a casi cualquier patrón de lectura: todos dijeron que fingirían haber leído páginas de internet y hasta letras de canciones.
Sin embargo los adultos también tienen estadísticas notables pues uno de cada cinco admitió haber leído un texto en particular mientras esperaba la llegada de su cita. Las primeras impresiones no pueden dejarse al azar, dirían ellos. "Me encanta el hecho de que cada generación parece saber que (la lectura) puede ayudarnos a aumentar nuestra atracción potencial en la búsqueda del amor y el romance. Aun con todo lo que se habla sobre nuestra obsesión superficial con la belleza, parece que sabemos que la inteligencia contribuye también a la atracción sexual", dijo con alegría Honor Wilson-Fletcher a la BBC, director de la campaña Año Nacional de la Lectura.
Otro dato, quizás útil para los venezolanos y venezolanas que quieran hacer afectos en el Reino Unido: muchos de los hombres respondieron que se sentirían especialmente atraídos por una mujer que hubiera leído a Shakespeare, mientras que las mujeres dijeron que se sentirían impresionadas por los hombres que hayan leído la biografía de Nelson Mandela, si bien Shakespeare también está entre los más valiosos. Eso sí, la encnuesta no incluyó una pregunta para determinar si las personas suelen distinguir cuándo alguien finge haber leído un libro.

lolo y lola




verga, te extraño-

Sunday, March 22, 2009

me estremeces
como un mal recuerdo

Saturday, March 21, 2009

la version de flo

Nighthawks

Batman: Year One, Frank Miller - David Mazzucchelli, 1987




Batman: The Man Who Laughs, Ed Brubaker - Doug Mahnke, 2005

Watchmen, Alan Moore - David Gibbons, 1986




Friday, March 20, 2009




y como el esta en todo
tambien esta en watchmen



y quien puso los nombres
en la geografia de marte?

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Thursday, March 19, 2009


blade runner, blade fucking runner












"Chew, if only you could see what I've seen with your eyes!"

a-temporal







en la imagen esa de blade runner
en la que el nexus ese filosofico
aprieta su mano en nada
en aire
sus uñas son oscuras, azules

en mi imagen
"agudizaste mi sentidos- todos-"

en mi imagen yo, la esponja

elaborar:
yo me llame la esponja,
la esponja-negra-maldita

esponja negra en epocas de busqueda
de un sol negro

pues el sol negro es
esfera incandescente de otra luz

la esponja
negra
maldita
chupa
absorbe
absorbe liquidos translucidos
y esa acumulacion solamente
se torna negra dentro de mi
pero soy una esponja y se ve
me veo ennegrecido encima desde adentro
de mi color amarillo esponja buen salvaje
(yo me preguntaba,
que pasa, si todas las esponjas se chupan todo el mar,
yo me preguntaba,
que pasa, si sacamos todas las esponjas del mar)

entonces me hinche, me hinche, me hinche
de negro

la esponja negra no se mueve,
por supuesto.
y menos fuera del mar.
menos.

fuera del mar el sol negro, ilumina de otra manera,
y vemos el mar que no se ve.
como el cuento zen,
estas en el, dentro de el,
alrededor de el,
y lo llevas por dentro.

columnas que sostienen la flor del agua,
columnas que sostienen el suelo
y solo se ven con el sol negro
como ropa interior negra
que atraviesa el vestido
y denota
denota
denota.

esponja negra hinchada negrisima desbordada.

y viene monique, moni, mona de seda, mona, monarca mona de seda primera,
y me exprime.

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me encontre a mario-josue,
estaba mas alto y bronceado.

me encontre a anaira,
estaba mas flaca y con el pelo mas oscuro.

me encontre a humberto,
tenia un poco de barba plateada,
su sonrisa sigue igual,
sonrie con toda la cabeza.

me encontre a gabriela,
su pelo estaba mas corto,
su sonrisa mas grande,
su ella, mas transparente.
en realidad no me la encontre,
la estaba buscando.

como sisifo, a veces.
la escuela de artes y yo.

me encontre a luis,
estaba loco.
las locuras que dice
se parecen excesivamente a la realidad.
entonces, lo esta o no lo esta?

me encontre a largo.
esta mas largo.
esta de incognito pero
tu sabes que es el.

me encontre a valentina.
si no se corta el pelo
diria
que no existe
que no puede ser
que es lindura y olor y cariño
inventados.

el tipo de las pelis
ha aprendido mucho
es como imdb humano.
y tiene orgullo,
si lo provocas.

la tipa de las pelis
se quedo igual que yo
esperando a ver
quien saludaba primero.
nadie.

sarita y alex, again,
media hora despues
de no dormir.
los ultimos seran los primeros?

no me encontre a isadora.

me encontre, o me encontro a mi,
romer. es hermoso y se poda la barba.
parpadea y expresa su amor.
is something to be.

edgar, luminoso,
como una de esas linternas
que amaba en el pilon,
cuando era niño,
es decir, siempre,
enroscarla y desenroscarla.
sentir ese momento en que las pilas
dejan de hacer contacto y la linterna se apaga.
maravillarse de que el bombillo sea tan pequeñito.
jugar a la fisica.
ver el espejito.
entender de mentira el halo.
sentir la textura de las ranuras.
decir, esta linterna pesa demasiado
y puede matar.
decir, es logico que mi papa tenga
la linterna grande y yo la pequeña.
mi papa diciendome que no gaste la pila,
que la linterna es vital en medio de la nada.
la nada? el todo.
la linterna es vital en medio del todo.
inutil en el medio de la nada.
la luz de la linterna en el techo.
la luz de la linterna en el pecho.
perseguir a la luz con la mirada.
ser el perseguidor y el perseguido.
crear y cumplir las reglas del juego.
las reglas del juego con forma anatomica.
anatomia de la mente tambien.
la irregularidad del colchon del pilon.
mi colchon, mi colchon,
este es mi colchon. y el otro, me lo prestaba mi tio.
siempre. siempre. jamas me imagine a mi tio diciendo que no.
amaba cuando desnudaban el colchon y veia esa estructura metalica
de muchisimos resortes deformados y rebeldes.
mi tio regalandome una cinta roja que aun conservo, que va yendose,
pero al ritmo que me gusta.
el ritmo de un rito demasiado lento.

me transporte. no lo siento.
lo siento. no asi.
lo siento.
no lo siento.
al menos no por mi.
siento bien.
no siento miedo, no siento pena.

donde estara esa foto?

si hoy hubiera tenido que tomar una foto de hoy
hubiera tomado puras fotos de personas.
en las fotos de esas personas
tomadas de esa manera
ellas solo muestran lo que les es dado mostrar
su cara, su caparazon,
como el caparazon de un clasico telefono de hotel,
con botoncitos, pero aun con su pesado cuerpo
donde descanza el auricular.
como el telefono negro de la barra kitsch de aitor.
como el libro negro que no es ningun libro
y que esta en el buscon.
un libro que no abre y que yo intente abrir.

y las omisiones que?
son necesarias?
son justificables?
son intencionales?
malintencionadas?

me encontre a maria gabriela,
casi nunca veo ni vi a nadie
en la perspectiva del banquito de la escuela.

sabias que ese edificio se llama vargas?
yo no lo sabia.
a lo mejor es mentira.
pero tuve un interesante dialogo
con dos gentes que me preguntaban una direccion.

yo soy muy malo dando direcciones.
a mi me llevan a todas partes.
ya sea en un carro,
ya sea de la mano.

cuando me piden una direccion,
yo empiezo a hablar y a hablar,
y me empiezo a dar cuenta,
de mi propio entendimiento
de los nombres y del espacio
me emociono con lo que voy descubriendo
y la gente tiene que salir corriendo
a ver como coño encuentran lo que buscan
mientras yo sigo hablando solo
por un rato.

Labels: , ,

pasarla bonito.
ganar, asi sobrado,
que estaba escrito, coño.

pasarla bonito.
la gente no tiene
que estar gordita
para ser un colchon.

un verdadero colchon
y saltar sobre el
que no chirrea
es un milagro
como edith piaf cuando era niñita
y no se llamaba edith piaf.

zapatos de tacon alto.
amarillo pollito.
plastico.
estan a la orden.

disfraces de chinas.
disfraces en los ojos,
pero tambien en la voz.

controlar, dirigir,
la apertura de los parpados.

espacio, espacio.
y el tiempo no existe
hasta que lo nombran.

pero igual, no nos vamos a dejar
violar asi.
porque si nos dejamos,
no es violacion.

nos quedaremos a adivinar sombras
a tocarlas y sentirnos inutiles
pero hermosos.

nos sentimos que somos un segundo.
nos llamamos asi.
segundo.

nos hacemos los locos con aquello de los nombres.
pero nos identificamos inmediatamente con algun objeto.

las palabras se asumen por lo que significan, no?
no letra por letra.

Tuesday, March 17, 2009

Para Jeli.

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una vez creo que releyendo este blog?
bueno a ver yo he estado escribiendo el mismo blog
desde siempre, desde un cuaderno tal
mmmm
si, ahora me acuerdo,
esta en el cuaderno que me regalaron ale y dani
ok ahi escribia sobre lo bonito de la mesa de choroni
asi como al segundo dia de estar alla supongo
con todo lo que naturalmente iba cayendo y quedando ahi
y yo veia la mesa mientras todos dormian
y pensaba que nadie podia construir artificialmente esa mesa
jamas seria igual sino asi solita saliendo

si yo hubiera tomado una foto anoche
hubiera tomado una foto de mi cuarto
del verguero en mi cama.
del jose gregorio hernandez doblado.
de la foto de jelica y al lado darth maul.
creo que se llama asi, darth maul.
quiero tener alzheimer?
quiero una lobotomia suave?
yo me doy cuenta de vainas
hablando con jelica
hablando con jelica todos los dias
me doy cuenta de vainas

que quiero hacer mascaras y apilarlas
que quiero escribir en mi blog por horas
que quiero ser mas sencillo
porque toda mi complicacion
no me esta haciendo mejor ni mas interesante
sino que me esta ladillando y ya.
y si todos los dias tomara una foto
cual foto hubiera tomado hoy?
como se llama esta fecha?
17 de marzo de 2009
hoy hubiera tomado una foto de
(me quede como cuatro minutos pensando
y no llego a nada)
le habria tomado quizas una foto
a las copas esas que todavia tienen
un micro charquito de vino
de cuando deb y yo bebimos.
eso hace cuanto tiempo fue?
me da risa, esa mesa la han arreglado,
me han movido toda vaina
y las copitas ahi.
esa noche comimos brownie y empanaditas.
se llevaron los platos, las servilletas
y las copitas siguen ahi.
yo me lleve la botella vacia y la puse detras de mi televisor
me parecio un lugar bueno para guardarla para siempre.
y las copitas siguen ahi.
ok, esa es la foto que habria tomado hoy
si hubiera empezado a tomar fotos hoy,
si me hubieran regalado la camara hoy.
porque antes yo habia dibujado una de las copas
con el charquito en rojo
y en una libreta que me regalo debora.


entonces hoy no tendria ninguna foto que tomar?

bueno ok no tendria ninguna foto que tomar pues.

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Monday, March 16, 2009

Final del juego, Julio Cortázar

Con Leticia y Holanda íbamos a jugar a las vías del Central Argentino los días de calor, esperando que mamá y tía Ruth empezaran su siesta para escaparnos por la puerta blanca. Mamá y tía Ruth estaban siempre cansadas después de lavar la loza, sobre todo cuando Holanda y yo secábamos los platos porque entonces había discusiones, cucharitas por el suelo, frases que sólo nosotras entendíamos, y en general un ambiente en donde el olor a grasa, los maullidos de José y la oscuridad de la cocina acababan en una violentísima pelea y el consiguiente desparramo. Holanda se especializaba en armar esta clase de líos, por ejemplo dejando caer un vaso ya lavado en el tacho del agua sucia, o recordando como al pasar que en la casa de las de Loza había dos sirvientas para todo servicio. Yo usaba otros sistemas, prefería insinuarle a tía Ruth que se le iban a paspar las manos si seguía fregando cacerolas en vez de dedicarse a las copas o los platos, que era precisamente lo que le gustaba lavar a mamá, con lo cual las enfrentaba sordamente en una lucha de ventajeo por la cosa fácil. El recurso heroico, si los consejos y las largas recordaciones familiares empezaban a saturarnos, era volcar agua hirviendo en el lomo del gato. Es una gran mentira eso del gato escaldado, salvo que haya que tomar al pie de la letra la referencia al agua fría; porque de la caliente José no se alejaba nunca, y hasta parecía ofrecerse, pobre animalito, a que le volcáramos media taza de agua a cien grados o poco menos, bastante menos probablemente porque nunca se le caía el pelo. La cosa es que ardía Troya, y en la confusión coronada por el espléndido si bemol de tía Ruth y la carrera de mamá en busca del bastón de los castigos, Holanda y yo nos perdíamos en la galería cubierta, hacia las piezas vacías del fondo donde Leticia nos esperaba leyendo a Ponson du Terrail, lectura inexplicable.
Por lo regular mamá nos perseguía un buen trecho, pero las ganas de rompernos la cabeza se le pasaban con gran rapidez y al final (habíamos trancado la puerta y le pedíamos perdón con emocionantes partes teatrales) se cansaba y se iba, repitiendo la misma frase:
-Acabarán en la calle, estas mal nacidas.
Donde acabábamos era en las vías del Central Argentino, cuando la casa quedaba en silencio y veíamos al gato tenderse bajo el limonero para hacer él también su siesta perfumada y zumbante de avispas. Abríamos despacio la puerta blanca, y al cerrarla otra vez era como un viento, una libertad que nos tomaba de las manos, de todo el cuerpo y nos lanzaba hacia adelante. Entonces corríamos buscando impulso para trepar de un envión al breve talud del ferrocarril, encaramadas sobre el mundo contemplábamos silenciosas nuestro reino.
Nuestro reino era así: una gran curva de las vías acababa su comba justo frente a los fondos de nuestra casa. No había más que el balasto, los durmientes y la doble vía; pasto ralo y estúpido entre los pedazos de adoquín donde la mica, el cuarzo y el feldespato -que son los componentes del granito- brillaban como diamantes legítimos contra el sol de las dos de la tarde. Cuando nos agachábamos a tocar las vías (sin perder tiempo porque hubiera sido peligroso quedarse mucho ahí, no tanto por los trenes como por los de casa si nos llegaban a ver) nos subía a la cara el fuego de las piedras, y al pararnos contra el viento del río era un calor mojado pegándose a las mejillas y las orejas. Nos gustaba flexionar las piernas y bajar, subir, bajar otra vez, entrando en una y otra zona de calor, estudiándonos las caras para apreciar la transpiración, con lo cual al rato éramos una sopa. Y siempre calladas, mirando al fondo de las vías, o el río al otro lado, el pedacito de río color café con leche.
Después de esta primera inspección del reino bajábamos el talud y nos metíamos en la mala sombra de los sauces pegados a la tapia de nuestra casa, donde se abría la puerta blanca. Ahí estaba la capital del reino, la ciudad silvestre y la central de nuestro juego. La primera en iniciar el juego era Leticia, la más feliz de las tres y la más privilegiada. Leticia no tenía que secar los platos ni hacer las camas, podía pasarse el día leyendo o pegando figuritas, y de noche la dejaban quedarse hasta más tarde si lo pedía, aparte de la pieza solamente para ella, el caldo de hueso y toda clase de ventajas. Poco a poco se había ido aprovechando de los privilegios, y desde el verano anterior dirigía el juego, yo creo que en realidad dirigía el reino; por lo menos se adelantaba a decir las cosas y Holanda y yo aceptábamos sin protestar, casi contentas. Es probable que las largas conferencias de mamá sobre cómo debíamos portarnos con Leticia hubieran hecho su efecto, o simplemente que la queríamos bastante y no nos molestaba que fuese la jefa. Lástima que no tenía aspecto para jefa, era la más baja de las tres, y tan flaca. Holanda era flaca, y yo nunca pesé más de cincuenta kilos, pero Leticia era la más flaca de las tres, y para peor una de esas flacuras que se ven de fuera, en el pescuezo y las orejas. Tal vez el endurecimiento de la espalda la hacía parecer más flaca, como casi no podía mover la cabeza a los lados daba la impresión de una tabla de planchar parada, de esas forradas de género blanco como había en la casa de las de Loza. Una tabla de planchar con la parte más ancha para arriba, parada contra la pared. Y nos dirigía.
La satisfacción más profunda era imaginarme que mamá o tía Ruth se enteraran un día del juego. Si llegaban a enterarse del juego se iba a armar una meresunda increíble. El si bemol y los desmayos, las inmensas protestas de devoción y sacrificio malamente recompensados, el amontonamiento de invocaciones a los castigos más célebres, para rematar con el anuncio de nuestros destinos, que consistían en que las tres terminaríamos en la calle. Esto último siempre nos había dejado perplejas, porque terminar en la calle nos parecía bastante normal.
Primero Leticia nos sorteaba. Usábamos piedritas escondidas en la mano, contar hasta veintiuno, cualquier sistema. Si usábamos el de contar hasta veintiuno, imaginábamos dos o tres chicas más y las incluíamos en la cuenta para evitar trampas. Si una de ellas salía veintiuna, la sacábamos del grupo y sorteábamos de nuevo, hasta que nos tocaba a una de nosotras. Entonces Holanda y yo levantábamos la piedra y abríamos la caja de los ornamentos. Suponiendo que Holanda hubiese ganado, Leticia y yo escogíamos los ornamentos. El juego marcaba dos formas: estatuas y actitudes. Las actitudes no requerían ornamentos pero sí mucha expresividad, para la envidia mostrar los dientes, crispar las manos y arreglárselas de modo de tener un aire amarillo. Para la caridad el ideal era un rostro angélico, con los ojos vueltos al cielo, mientras las manos ofrecían algo -un trapo, una pelota, una rama de sauce- a un pobre huerfanito invisible. La vergüenza y el miedo eran fáciles de hacer; el rencor y los celos exigían estudios más detenidos. Los ornamentos se destinaban casi todos a las estatuas, donde reinaba una libertad absoluta. Para que una estatua resultara, había que pensar bien cada detalle de la indumentaria. El juego marcaba que la elegida no podía tomar parte en la selección; las dos restantes debatían el asunto y aplicaban luego los ornamentos. La elegida debía inventar su estatua aprovechando lo que le habían puesto, y el juego era así mucho más complicado y excitante porque a veces había alianzas contra, y la víctima se veía ataviada con ornamentos que no le iban para nada; de su viveza dependía entonces que inventara una buena estatua. Por lo general cuando el juego marcaba actitudes la elegida salía bien parada pero hubo veces en que las estatuas fueron fracasos horribles.
Lo que cuento empezó vaya a saber cuándo, pero las cosas cambiaron el día en que el primer papelito cayó del tren. Por supuesto que las actitudes y las estatuas no eran para nosotras mismas, porque nos hubiéramos cansado en seguida. El juego marcaba que la elegida debía colocarse al pie del talud, saliendo de la sombra de los sauces, y esperar el tren de las dos y ocho que venía del Tigre. A esa altura de Palermo los trenes pasan bastante rápido, y no nos daba vergüenza hacer la estatua o la actitud. Casi no veíamos a la gente de las ventanillas, pero con el tiempo llegamos a tener práctica y sabíamos que algunos pasajeros esperaban vernos. Un señor de pelo blanco y anteojos de carey sacaba la cabeza por la ventanilla y saludaba a la estatua o la actitud con el pañuelo. Los chicos que volvían del colegio sentados en los estribos gritaban cosas al pasar, pero algunos se quedaban serios mirándonos. En realidad la estatua o la actitud no veía nada, por el esfuerzo de mantenerse inmóvil, pero las otras dos bajo los sauces analizaban con gran detalle el buen éxito o la indiferencia producidos. Fue un martes cuando cayó el papelito, al pasar el segundo coche. Cayó muy cerca de Holanda, que ese día era la maledicencia, y rebotó hasta mí. Era un papelito muy doblado y sujeto a una tuerca. Con letra de varón y bastante mala, decía: "Muy lindas las estatuas. Viajo en la tercera ventanilla del segundo coche. Ariel B." Nos pareció un poco seco, con todo ese trabajo de atarle la tuerca y tirarlo, pero nos encantó. Sorteamos para saber quién se lo quedaría, y me lo gané. Al otro día ninguna quería jugar para poder ver cómo era Ariel B., pero temimos que interpretara mal nuestra interrupción, de manera que sorteamos y ganó Leticia. Nos alegramos mucho con Holanda porque Leticia era muy buena como estatua, pobre criatura. La parálisis no se notaba estando quieta, y ella era capaz de gestos de una enorme nobleza. Como actitudes elegía siempre la generosidad, la piedad, el sacrificio y el renunciamiento. Como estatuas buscaba el estilo de Venus de la sala que tía Ruth llamaba la Venus del Nilo. Por eso le elegimos ornamentos especiales para que Ariel se llevara una buena impresión. Le pusimos un pedazo de terciopelo verde a manera de túnica, y una corona de sauce en el pelo. Como andábamos de manga corta, el efecto griego era grande. Leticia se ensayó un rato a la sombra, y decidimos que nosotras nos asomaríamos también y saludaríamos a Ariel con discreción pero muy amables.
Leticia estuvo magnífica, no se le movía ni un dedo cuando llegó el tren Como no podía girar la cabeza la echaba para atrás, juntado los brazos al cuerpo casi como si le faltaran; aparte el verde de la túnica, era como mirar la Venus del Nilo. En la tercera ventanilla vimos a un muchacho de rulos rubios y ojos claros que nos hizo una gran sonrisa al descubrir que Holanda y yo lo saludábamos. El tren se lo llevó en un segundo, pero eran las cuatro y media y todavía discutíamos si vestía de oscuro, si llevaba corbata roja y si era odioso o simpático. El jueves yo hice la actitud del desaliento, y recibimos otro papelito que decía: "Las tres me gustan mucho. Ariel." Ahora él sacaba la cabeza y un brazo por la ventanilla y nos saludaba riendo. Le calculamos dieciocho años (seguras que no tenía más de dieciséis) y convinimos en que volvía diariamente de algún colegio inglés. Lo más seguro de todo era el colegio inglés, no aceptábamos un incorporado cualquiera. Se vería que Ariel era muy bien.
Pasó que Holanda tuvo la suerte increíble de ganar tres días seguidos. Superándose, hizo las actitudes del desengaño y el latrocinio, y una estatua dificilísima de bailarina, sosteniéndose en un pie desde que el tren entró en la curva. Al otro día gané yo, y después de nuevo; cuando estaba haciendo la actitud del horror, recibí casi en la nariz un papelito de Ariel que al principio no entendimos: "La más linda es la más haragana." Leticia fue la última en darse cuenta, la vimos que se ponía colorada y se iba a un lado, y Holanda y yo nos miramos con un poco de rabia. Lo primero que se nos ocurrió sentenciar fue que Ariel era un idiota, pero no podíamos decirle eso a Leticia, pobre ángel, con su sensibilidad y la cruz que llevaba encima. Ella no dijo nada, pero pareció entender que el papelito era suyo y se lo guardó. Ese día volvimos bastante calladas a casa, y por la noche no jugamos juntas. En la mesa Leticia estuvo muy alegre, le brillaban los ojos, y mamá miró una o dos veces a tía Ruth como poniéndola de testigo de su propia alegría. En aquellos días estaban ensayando un nuevo tratamiento fortificante para Leticia, y por lo visto era una maravilla lo bien que le sentaba.
Antes de dormirnos, Holanda y yo hablamos del asunto. No nos molestaba el papelito de Ariel, desde un tren andando las cosas se ven como se ven, pero nos parecía que Leticia se estaba aprovechando demasiado de su ventaja sobre nosotras. Sabía que no le íbamos a decir nada, y que en una casa donde hay alguien con algún defecto físico y mucho orgullo, todos juegan a ignorarlo empezando por el enfermo, o más bien se hacen los que no saben que el otro sabe. Pero tampoco había que exagerar y la forma en que Leticia se había portado en la mesa, o su manera de guardarse el papelito, era demasiado. Esa noche yo volví a soñar mis pesadillas con trenes, anduve de madrugada por enormes playas ferroviarias cubiertas de vías llenas de empalmes, viendo a distancia las luces rojas de locomotoras que venían, calculando con angustia si el tren pasaría a mi izquierda, y a la vez amenazada por la posible llegada de un rápido a mi espalda o -lo que era peor- que a último momento Uno de los trenes tomara uno de los desvíos y se me viniera encima. Pero de mañana me olvidé porque Leticia amaneció muy dolorida y tuvimos que ayudarla a vestirse. Nos pareció que estaba un poco arrepentida de lo de ayer y fuimos muy buenas con ella, diciéndole que esto le pasaba por andar demasiado, y que tal vez lo mejor sería que se quedara leyendo en su cuarto. Ella no dijo nada pero vino a almorzar a la mesa, y a las preguntas de mamá contestó que ya estaba muy bien y que casi no le dolía la espalda. Se lo decía y nos miraba.
Esa tarde gané yo, pero en ese momento me vino un no sé qué y le dije a Leticia que le dejaba mi lugar, claro que sin darle a entender por qué. Ya que el otro la prefería, que la mirara hasta cansarse. Como el juego marcaba estatua, le elegimos cosas sencillas para no complicarle la vida, y ella inventó una especie de princesa china, con aire vergonzoso, mirando al suelo y juntando las manos como hacen las princesas chinas. Cuando pasó el tren, Holanda se puso de espaldas bajo los sauces pero yo miré y vi que Ariel no tenía ojos más que para Leticia. La siguió mirando hasta que el tren se perdió en la curva, y Leticia estaba inmóvil y no sabía que él acababa de mirarla así. Pero cuando vino a descansar bajo los sauces vimos que sí sabía, y que le hubiera gustado seguir con los ornamentos toda la tarde, toda la noche.
El miércoles sorteamos entre Holanda y yo porque Leticia nos dijo que era justo que ella se saliera. Ganó Holanda con su suerte maldita, pero la carta de Ariel cayó de mi lado. Cuando la levanté tuve el impulso de dársela a Leticia que no decía nada, pero pensé que tampoco era cosa de complacerle todos los gustos, y la abrí despacio. Ariel anunciaba que al otro día iba a bajarse en la estación vecina y que vendría por el terraplén para charlar un rato. Todo estaba terriblemente escrito, pero la frase final era hermosa: "Saludo a las tres estatuas muy atentamente." La firma parecía un garabato aunque se notaba la personalidad.
Mientras le quitábamos los ornamentos a Holanda, Leticia me miró una o dos veces. Yo les había leído el mensaje y nadie hizo comentarios, lo que resultaba molesto porque al fin y al cabo Ariel iba a venir y había que pensar en esa novedad y decidir algo. Si en casa se enteraban, o por desgracia a alguna de las de Loza le daba por espiarnos, con lo envidiosas que eran esas enanas, seguro que se iba a armar la meresunda. Además que era muy raro quedarnos calladas con una cosa así, sin mirarnos casi mientras guardábamos los ornamentos y volvíamos por la puerta blanca.
Tía Ruth nos pidió a Holanda y a mí que bañáramos a José, se llevó a Leticia para hacerle el tratamiento, y por fin pudimos desahogarnos tranquilas. Nos parecía maravilloso que viniera Ariel, nunca habíamos tenido un amigo así, a nuestro primo Tito no lo contábamos, un tilingo que juntaba figuritas y creía en la primera comunión. Estábamos nerviosísimas con la expectativa y José pagó el pato, pobre ángel. Holanda fue más valiente y sacó el tema de Leticia. Yo no sabía que pensar, de un lado me parecía horrible que Ariel se enterara, pero también era justo que las cosas se aclararan porque nadie tiene por qué perjudicarse a causa de otro. Lo que yo hubiera querido es que Leticia no sufriera, bastante cruz tenía encima y ahora con el nuevo tratamiento y tantas cosas.
A la noche mamá se extrañó de vernos tan calladas y dijo qué milagro, si nos habían comido la lengua los ratones, después miró a tía Ruth y las dos pensaron seguro que habíamos hecho alguna gorda y que nos remordía la conciencia. Leticia comió muy poco y dijo que estaba dolorida, que la dejaran ir a su cuarto a leer Rocambole. Holanda le dio el brazo aunque ella no quería mucho, y yo me puse a tejer, que es una cosa que me viene cuando estoy nerviosa. Dos veces pensé ir al cuarto de Leticia, no me explicaba qué hacían esas dos ahí solas, pero Holanda volvió con aire de gran importancia y se quedó a mi lado sin hablar hasta que mamá y tía Ruth levantaron la mesa. "Ella no va a ir mañana. Escribió una carta y dijo que si él pregunta mucho, se la demos." Entornando el bolsillo de la blusa me hizo ver un sobre violeta. Después nos llamaron para secar los platos, y esa noche nos dormimos casi en seguida por todas las emociones y el cansancio de bañar a José.
Al otro día me tocó a mi salir de compras al mercado y en toda la mañana no vi a Leticia que seguía en su cuarto. Antes que llamaran a la mesa entré un momento y la encontré al lado de la ventana, con muchas almohadas y el tomo noveno de Rocambole. Se veía que estaba mal, pero se puso a reír y me contó de una abeja que no encontraba la salida y de un sueño cómico que había tenido. Yo le dije que era una lástima que no fuera a venir a los sauces, pero me parecía tan difícil decírselo bien. "Si querés podemos explicarle a Ariel que estabas descompuesta", le propuse, pero ella decía que no y se quedaba callada. Yo insistí un poco en que viniera, y al final me animé y le dije que no tuviese miedo, poniéndole como ejemplo que el verdadero cariño no conoce barreras y otras ideas preciosas que habíamos aprendido en El Tesoro de la Juventud, pero era cada vez más difícil decirle nada porque ella miraba la ventana y parecía como si fuera a ponerse a llorar. Al final me fui diciendo que mamá me precisaba. El almuerzo duró días, y Holanda se ganó un sopapo de tía Ruth por salpicar el mantel con tuco. Ni me acuerdo de cómo secamos los platos, de repente estábamos en los sauces y las dos nos abrazábamos llenas de felicidad y nada celosas una de otra. Holanda me explicó todo lo que teníamos que decir sobre nuestros estudios para que Ariel se llevara una buena impresión, porque los del secundario desprecian a las chicas que no han hecho más que la primaria y solamente estudian corte y repujado al aceite. Cuando pasó el tren de las dos y ocho Ariel sacó los brazos con entusiasmo, y con nuestros pañuelos estampados le hicimos señas de bienvenida. Unos veinte minutos después lo vimos llegar por el terraplén, y era más alto de lo que pensábamos y todo de gris.
Bien no me acuerdo de lo que hablamos al principio, él era bastante tímido a pesar de haber venido y los papelitos, y decía cosas muy pensadas. Casi en seguida nos elogió mucho las estatuas y las actitudes y preguntó cómo nos llamábamos y por qué faltaba la tercera. Holanda explicó que Leticia no había podido venir, y él dijo que era una lástima y que Leticia le parecía un nombre precioso. Después nos contó cosas del Industrial, que por desgracia no era un colegio inglés, y quiso saber si le mostraríamos los ornamentos. Holanda levantó la piedra y le hicimos ver las cosas. A él parecía interesarle mucho, y varias veces tomó alguno de los ornamentos y dijo: "Este lo llevaba Leticia un día", o: "Este fue para la estatua oriental", con lo que quería decir la princesa china. Nos sentamos a la sombra de un sauce y él estaba contento pero distraído, se veía que sólo se quedaba de bien educado. Holanda me miró dos o tres veces cuando la conversación decaía, y eso nos hizo mucho mal a las dos, nos dio deseos de irnos o que Ariel no hubiese venido nunca. Él preguntó otra vez si Leticia estaba enferma, y Holanda me miró y yo creí que iba a decirle, pero en cambio contestó que Leticia no había podido venir. Con una ramita Ariel dibujaba cuerpos geométricos en la tierra, y de cuando en cuando miraba la puerta blanca y nosotras sabíamos lo que estaba pasando, por eso Holanda hizo bien en sacar el sobre violeta y alcanzárselo, y él se quedó sorprendido con el sobre en la mano, después se puso muy colorado mientras le explicábamos que eso se lo mandaba Leticia, y se guardó la carta en el bolsillo de adentro del saco sin querer leerla delante de nosotras. Casi en seguida dijo que había tenido un gran placer y que estaba encantado de haber venido, pero su mano era blanda y antipática de modo que fue mejor que la visita se acabara, aunque más tarde no hicimos más que pensar en sus ojos grises y en esa manera triste que tenía de sonreír. También nos acordamos de cómo se había despedido diciendo: "Hasta siempre", una forma que nunca habíamos oído en casa y que nos pareció tan divina y poética. Todo se lo contamos a Leticia que nos estaba esperando debajo del limonero del patio, y yo hubiese querido preguntarle qué decía su carta pero me dio no sé qué porque ella había cerrado el sobre antes de confiárselo a Holanda, así que no le dije nada y solamente le contamos cómo era Ariel y cuantas veces había preguntado por ella. Esto no era nada fácil de decírselo porque era una cosa linda y mala a la vez, nos dábamos cuenta que Leticia se sentía muy feliz y al mismo tiempo estaba casi llorando, hasta que nos fuimos diciendo que tía Ruth nos precisaba y la dejamos mirando las avispas del limonero.
Cuando íbamos a dormirnos esa noche, Holanda me dijo: "Vas a ver que desde mañana se acaba el juego." Pero se equivocaba aunque no por mucho, y al otro día Leticia nos hizo la seña convenida en el momento del postre. Nos fuimos a lavar la loza bastante asombradas y con un poco de rabia, porque eso era una desvergüenza de Leticia y no estaba bien. Ella nos esperaba en la puerta y casi nos morimos de miedo cuando al llegar a los sauces vimos que sacaba del bolsillo el collar de perlas de mamá y todos los anillos, hasta el grande con rubí de tía Ruth. Si las de Loza espiaban y nos veían con las alhajas, seguro que mamá iba a saberlo en seguida y que nos mataría, enanas asquerosas. Pero Leticia no estaba asustada y dijo que si algo sucedía ella era la única responsable. "Quisiera que me dejaran hoy a mí", agregó sin mirarnos. Nosotras sacamos en seguida los ornamentos, de golpe queríamos ser tan buenas con Leticia, darle todos los gustos y eso que en el fondo nos quedaba un poco de encono. Como el juego marcaba estatua, le elegimos cosas preciosas que iban bien con las alhajas, muchas plumas de pavorreal para sujetar el pelo, una piel que de lejos parecía un zorro plateado, y un velo rosa que ella se puso como un turbante. La vimos que pensaba, ensayando la estatua pero sin moverse, y cuando el tren apareció en la curva fue a ponerse al pie del talud con todas las alhajas que brillaban al sol. Levantó los brazos como si en vez de una estatua fuera a hacer una actitud, y con las manos señaló el cielo mientras echaba la cabeza hacia atrás (que era lo único que podía hacer, pobre) y doblaba el cuerpo hasta darnos miedo. Nos pareció maravillosa, la estatua más regia que había hecho nunca, y entonces vimos a Ariel que la miraba, salido de la ventanilla la miraba solamente a ella, girando la cabeza y mirándola sin vernos a nosotras hasta que el tren se lo llevó de golpe. No sé por qué las dos corrimos al mismo tiempo a sostener a Leticia que estaba con lo ojos cerrados y grandes lagrimones por toda la cara. Nos rechazó sin enojo, pero la ayudamos a esconder las alhajas en el bolsillo, y se fue sola a casa mientras guardábamos por última vez los ornamentos en su caja. Casi sabíamos lo que iba a suceder, pero lo mismo al otro día fuimos las dos a los sauces, después que tía Ruth nos exigió silencio absoluto para no molestar a Leticia que estaba dolorida y quería dormir. Cuando llegó el tren vimos sin ninguna sorpresa la tercera ventanilla vacía, y mientras nos sonreíamos entre aliviadas y furiosas, imaginamos a Ariel viajando del otro lado del coche, quieto en su asiento, mirando hacia el río con sus ojos grises.

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Saturday, March 14, 2009

seguimos? SI paramos? NO



[17:26:259] Raúl Monsalve Arteaga dice:
marianne berti debe actuar esa caraja tiene alma de esto
[17:27:21] Raúl Monsalve Arteaga dice: como alma de accion democratica
[17:27:31] Raúl Monsalve Arteaga dice: que basicamente es esta estetica
[17:27:40] Raúl Monsalve Arteaga dice: whiskey jevas con mucho pelo
[17:28:02] Raúl Monsalve Arteaga dice: wilma debe actuar
[17:28:20] Raúl Monsalve Arteaga dice: tu pana que quiere ser dali debe actuar con un corte de hombre
[17:28:23] Raúl Monsalve Arteaga dice: pero con bigotes
[17:28:40] pedro marrero dice: MARIANNE BERTI ES LA DIVA DE ACERO DE LOS ETERNOS 80
[17:29:00] Raúl Monsalve Arteaga dice: coño de la puta madre
[17:29:04] Raúl Monsalve Arteaga dice: la diva de acero
[17:29:15] Raúl Monsalve Arteaga dice: con pantaletas que le llegan a la cintura
[17:29:20] Raúl Monsalve Arteaga dice: es demasiado jajajaja
[17:29:23] Raúl Monsalve Arteaga dice: jajajajajja
[17:29:28] Raúl Monsalve Arteaga dice: es parte de su sex appeal
[17:29:40] Raúl Monsalve Arteaga dice: coño los ochentas eran salvajes y sexys
[17:29:46] Raúl Monsalve Arteaga dice: mucho mas que los 60s
[17:29:52] Raúl Monsalve Arteaga dice: que eran leeendos y sexys
[17:29:58] pedro marrero dice: que arrecha es marianne

[17:30:08] pedro marrero dice:
es como la hija de grace jones con jennifer connelly
[17:30:12] Raúl Monsalve Arteaga dice: jajajajajjaa
[17:30:14] Raúl Monsalve Arteaga dice: jajajajjaja
[17:30:15] pedro marrero dice: estuvo en el set de LABERINTO con david bowie
[17:30:19] Raúl Monsalve Arteaga dice: pero
[17:30:25] Raúl Monsalve Arteaga dice: nieta de ramos allup
[17:30:30] Raúl Monsalve Arteaga dice: JAJAJAJAJAJJAJJA
[17:30:33] Raúl Monsalve Arteaga dice: JAJAJAJAJAJJAA

parte dos, la onda expansiva de la banda yuca y mi corazon nene



(el bono, el video de navidad 2007, donde sale el mencionado baile de monsalve con marco)

[17:23:19] pedro marrero dice:
esos carajos bailando
[17:23:27] pedro marrero dice: se parecen a marco y tu en el video de navidad 2007

[17:23:43] Raúl Monsalve Arteaga dice: jajaj a

[17:23:46] pedro marrero dice: los de MI CORAZON NENE
[17:23:47] Raúl Monsalve Arteaga dice: jajaja

[17:24:56] pedro marrero dice: que ladilla que estabamos por ahi en esa epoca
[17:25:02] pedro marrero dice: pero eramos muy chiquitos para estar de moda
[17:25:16] pedro marrero dice: que arrecha la jeva diciendo
[17:25:16] pedro marrero dice: AH
[17:25:17] pedro marrero dice: SI
[17:25:19] pedro marrero dice: YUCA!
[17:25:42] Raúl Monsalve Arteaga dice: supositorio de yuca pa ti mami
[17:25:50] pedro marrero dice: Y LA PEOR ACTUACION DE MIMICA DE LA HISTORIA
[17:25:56] pedro marrero dice: LA PAREJITA PELEANDO AL LADO DE LA PISCINA
[17:26:01] pedro marrero dice: LUEGO LA JEVA LE DA UNA CACHETADA AL TIPO
[17:26:07] pedro marrero dice: Y EL BICHO CAE A LA PISCINA
[17:26:08] pedro marrero dice: ES GENIAL
[17:26:12] Raúl Monsalve Arteaga dice: jajaja
[17:26:17] pedro marrero dice: QUIERO IR MAÑANA MISMO A GRABAR UN VIDEO EN EL CIRCULO MILITAR
[17:26:19] Raúl Monsalve Arteaga dice: cuando sera que la escuela de arte
[17:26:22] Raúl Monsalve Arteaga dice: sacara gente asi?

[17:26:33] pedro marrero dice: JAJAJ
[17:26:34] Raúl Monsalve Arteaga dice: eso coño estamos conectados hoy nojoda
[17:26:35] pedro marrero dice: ES UN RETO?
[17:26:43] Raúl Monsalve Arteaga dice: de bolas

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Mi corazon, nene- La Banda Yuca



[17:10:41] pedro marrero dice: uff acabo de llegar al ORO
[17:10:45] pedro marrero dice: encontre natusha
[17:10:47] pedro marrero dice: karolina
[17:10:50] pedro marrero dice: melodicos
[17:10:56] pedro marrero dice: todo un set cumbiambero maravilloso
[17:11:23] pedro marrero dice: http://www.youtube.com/watch?v=YOGZgEQ4-LE ESTO ES UN PUTO CLASICO
[17:12:06] pedro marrero dice: la vaina grabada como el circulo militar
[17:12:23] Raúl Monsalve Arteaga dice: chamo qu ecagada este son el tipo de ideas que me estan saliendo ahorita
[17:12:42] pedro marrero dice: marico
[17:12:47] pedro marrero dice: es que hasta que no te vas a londres
[17:12:53] pedro marrero dice: no te das cuenta de tu verdadera esencia latina
[17:13:09] pedro marrero dice: sientes el sueño de bolivar dentro de ti
[17:13:11] pedro marrero dice: la gran colombia
[17:13:23] Raúl Monsalve Arteaga dice: todo eso
[17:13:25] pedro marrero dice: hace tiempo se venia vislumbrando
[17:13:30] pedro marrero dice: tu disco QUE SERA LO QUE QUIERE EL NEGRO
[17:13:32] Raúl Monsalve Arteaga dice: mi piel se vuelve harina pan
[17:13:34] pedro marrero dice: sera una revelacion
[17:13:48] pedro marrero dice: bolero balada merengue cumbia bizarro
[17:13:52] pedro marrero dice: POST MERENGUE
[17:13:53] Raúl Monsalve Arteaga dice: marico aqui me he dado cuenta que soy blanco
[17:13:56] pedro marrero dice: POST LAMBADA
[17:13:57] Raúl Monsalve Arteaga dice: es bastante bizarro
[17:14:14] Raúl Monsalve Arteaga dice: jaja dijimos bizarro al mismo tiempo que leeendo'

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Clasico Iraqui 1989



Grand Edward dominando el clásico.
Mi opción era Monte Rojo, pero llego de 4º. Tenía yo cinco añitos.
[17:00:08] pedro marrero dice: http://www.youtube.com/watch?v=IN3hOkCfx4Q&feature=related cuanta accion en dos minutos
[17:00:15] pedro marrero dice: las carreras de caballo son como canciones punk

Gone with the wind, 1939



En realidad buscaba la segunda mitad, desde "Why did you stop?",
con todo ese fondo rojo, Rhett decidiendose a ir al frente,
Scarlett quedandose sola y literalmente tomando las riendas.
El desencuentro de Rhett y Scarlett se prolonga mas y mas y mas.
Beautiful.

al cesar lo que es del cesar, a los tucanes de tijuana...

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Jovenes y Sexys en Rudo y Cursi



tener una banda te hace joven y sexy
pero si ya eras joven y sexy?
y si ademas tu banda se llama jovenes y sexys?
entonces que pasa?
el curioso caso de benjamin button?

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Friday, March 13, 2009

las tres gracias