Pleito familiar terrible y violento.
Y eso se resuelve sólo sin más palabras.
Alguien que sube a este carro o a otro y eso deja dicho todo lo que no hay que decir.
Disculpas incluidas.
La familia viaja junta porque necesita esa pelea. Necesita perder el control, comportarse como animales y que eso ocurra en otro lugar, fuera de casa, lejos de casa. Entre otras paredes, por otras calles. En otra ciudad. Y dejar silencio, sólo silencio de por medio. Volver a casa renovados. Las heridas no duelen más. Todavía se ven las marcas, pero apenas. Después de haber visto todos juntos la peor película de Jean Claude Van Damme.