Acerca de
Vivir frente a una construccion.
No es, por supuesto, un estado permanente.
No se que tan comun es.
Hay zonas que crecen mas rapido que otras.
Hay zonas a las que ya las alcanzaron crecidas.
Hay zonas que no crecen. A veces es mejor. Sin duda.
Cuando vives en uno de los fines del mundo,
en uno de los fines de la ciudad,
es mas comun, mas comun.
Yo he crecido, he vivido, siempre,
frente, al lado, cerca, de una construccion.
Mi calle, mi zona, crecen sin parar,
ya no hallan donde meter edificios, cajitas para que viva la gente.
Mas y mas gente, mas y mas carros. Es lo que viene.
Pero las quejas, si es que hay, no tienen nada que hacer aqui.
Yo mas bien quiero decir que
vivir frente a una construcción puede ser muy hermoso,
muy agradable y para mi lo es.
Solo hay que tomarse un momento, detenerse, darle un poco de atencion
a ese esqueleto lleno de bichos
que en vez de comerselo
van poniendole piedrita tras piedrita,
cemento, cabillas,
collarines y muletas de madera
que lo van lanzando hacia arriba.
El ruido de maquinas, mezcladoras, taladros, martillos,
con unos pocos metros cubicos de aire,
se convierte en un rumor agradable, en un ronroneo, en un arrullo.
Despiertas cada mañana con un fade in.
Cuando llueve, oyes como la brisa juega, con las piezas sueltas,
con todo lo que los obreros han dejado atras apurados,
yendose a esconder en sus improvisados cobertizos.
Oyes metal contra metal, metal contra piedra,
te asomas y ves el gancho de la grua balanceandose
apenas perceptiblemente
permitiendose jugar mientras sus jefes no lo miran.
Y puedes bajar al patio y ver mas de cerca ese edificio
que parece que nunca van a terminar y luego
antes que te des cuenta, ya esta llenandose de maticas en las ventanas,
de antenas de television satelital.
Ves ese edificio en un dia nublado y como la luz solo lo invade
hasta cierto punto
creando un espacio, una garganta de misterio mas alla.
Se te ocurre a veces que ahi encontrarias la paz.
Pero solo la encuentras mirando desde afuera.
Adentro solo hay olor a humedad, polvo, olor a pipi,
clavos salidos, pasajes engañosos, escaleras inconclusas,
maneras de caerse o que algo te caiga y morir.
A veces es eso,
a veces hay que ver las cosas desde afuera.
Vivir frente a una construccion.
No es, por supuesto, un estado permanente.
No se que tan comun es.
Hay zonas que crecen mas rapido que otras.
Hay zonas a las que ya las alcanzaron crecidas.
Hay zonas que no crecen. A veces es mejor. Sin duda.
Cuando vives en uno de los fines del mundo,
en uno de los fines de la ciudad,
es mas comun, mas comun.
Yo he crecido, he vivido, siempre,
frente, al lado, cerca, de una construccion.
Mi calle, mi zona, crecen sin parar,
ya no hallan donde meter edificios, cajitas para que viva la gente.
Mas y mas gente, mas y mas carros. Es lo que viene.
Pero las quejas, si es que hay, no tienen nada que hacer aqui.
Yo mas bien quiero decir que
vivir frente a una construcción puede ser muy hermoso,
muy agradable y para mi lo es.
Solo hay que tomarse un momento, detenerse, darle un poco de atencion
a ese esqueleto lleno de bichos
que en vez de comerselo
van poniendole piedrita tras piedrita,
cemento, cabillas,
collarines y muletas de madera
que lo van lanzando hacia arriba.
El ruido de maquinas, mezcladoras, taladros, martillos,
con unos pocos metros cubicos de aire,
se convierte en un rumor agradable, en un ronroneo, en un arrullo.
Despiertas cada mañana con un fade in.
Cuando llueve, oyes como la brisa juega, con las piezas sueltas,
con todo lo que los obreros han dejado atras apurados,
yendose a esconder en sus improvisados cobertizos.
Oyes metal contra metal, metal contra piedra,
te asomas y ves el gancho de la grua balanceandose
apenas perceptiblemente
permitiendose jugar mientras sus jefes no lo miran.
Y puedes bajar al patio y ver mas de cerca ese edificio
que parece que nunca van a terminar y luego
antes que te des cuenta, ya esta llenandose de maticas en las ventanas,
de antenas de television satelital.
Ves ese edificio en un dia nublado y como la luz solo lo invade
hasta cierto punto
creando un espacio, una garganta de misterio mas alla.
Se te ocurre a veces que ahi encontrarias la paz.
Pero solo la encuentras mirando desde afuera.
Adentro solo hay olor a humedad, polvo, olor a pipi,
clavos salidos, pasajes engañosos, escaleras inconclusas,
maneras de caerse o que algo te caiga y morir.
A veces es eso,
a veces hay que ver las cosas desde afuera.
Vivir frente a una construccion.
0 Comments:
Post a Comment
<< Home