Sexus, Henry Miller

"El mundo no tiene que ser puesto en orden: el mundo es orden encarnado. Nos toca a nosotros ponernos al unísono con este orden, saber cuál es el orden del mundo, en contradicción con los órdenes que deseamos y buscamos imponernos unos a otros. El poder que anhelamos poseer, a fin de establecer el bien, la verdad y la belleza. probaría ser, si lo obtuviéramos, nada más que un medio para destruirnos unos a otros. Es una fortuna que no tengamos ese poder. Primero tenemos que adquirir visión, luego disciplina e indulgencia. Hasta que no tengamos humildad para reconocer la existencia de una visión más allá de la nuestra, hasta que no tengamos fe y confianza en poderes superiores, los ciegos tendrán que conducir a los ciegos."

p. 199