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Friday, February 19, 2010

¿Quise acaso soñar un sueño sólo por experimentar? ¿Por entretenimiento? ¿Por placer estético? Eso no sería extraño, extraño es que lo haya logrado. No sé si se trate de eso, pero acabo de recordar lo que leí anoche y acabo de hacer la relación. Las dos cosas que leí anoche y las conversaciones que prevalecen en el tiempo y en el espacio por su peso. Hablábamos de eso, de los sueños, en la cocina la otra noche. Anoche leí un cuento de Papeles Inesperados, de Cortázar llamado, creo, Relato con Fondo de Agua, algo así. En fin, se trata básicamente de un hombre atormentado por un sueño que le dejó una profunda impresión, un sueño que vuelve a tener una y otra vez sin poder franquear cierto límite y sin poder resolver cierto misterio. Justamente yo andaba pensando en ciertas cosas de David Lynch y su manera de crear atmosferas y situaciones que no cierran ningún ciclo sino que quizás abren otro y otro y otro. No es la técnica de las cajitas chinas, no es la técnica de las múñecas rusas, en tal caso es no sé, un caleidoscopio, una cajita de sorpresa, un resorte de juguete. Pero yo no vine aquí a hacer teoría de ningún tipo, creo. En este cuento de Cortázar pensé en lo mismo, con su misterio y su generación de expectativa y con sus distracciones con nombres y épocas y cuestiones que nunca vienen a cuento hace todo el truco y tras el golpe final, tras una cuchillada como de haiku, ya no hay espacio ni necesidad de explicaciones. La posibilidad de tener experiencias tan orgánicas con productos del intelecto es muy valiosa. Leer a Jung me termina interesando más para alimentar la imaginación que para satisfacerme con las interpretaciones de simbolos y arquetipos. Es una psicología grata y misteriosa, llena de arte, de historia y de magia. De nuevo, yo no vine aquí a hacer teoría ni a hablar de Cortázar, Jung, David Lynch. Los tres en una sola noche. Vine aquí a hablar de los sueños que tuve anoche. Eran todos sueños de terror. No digo pesadillas, aunque lo fueron, y me dejaron alterado por un buen rato, y no me dejaron descansar por completo. No digo pesadillas sino sueños de terror porque parecían películas, parecían salidos de Hollywood. Los espacios por los que mi mente voló anoche parecían decorados de Hollywood en los años 70 y 80. Mientras pasaba por ellos y experimentaba sensaciones de temor igualmente me daba tiempo de pensar en la irrealidad de todo eso. Recuerdo planos generalísimos, tomas áereas, cámara subjetiva, movimientos de cámara dramáticos, retraso de la acción, restricción de la información. Incluso una escena fue repetida para mejorarla, no en su calidad, sino para hacerla alcanzar un final feliz para mí. Final feliz en este caso era simplemente no ser alcanzado por un freak con la voz quemada y como con la mitad del cuerpo semi paralizado aunque podía correr muy velozmente. En fin, en mi primer sueño de hecho yo estaba viendo una película al principio. No es que apareciera la imagen de un televisor, ni una sala de cine, simplemente yo tenía el estado mental de estar viendo una película, ese equilibrio entre distanciamiento e involucración con la historia y los personajes. En este caso era como comenzar a ver una película por la mitad y adivinar de qué película se trataba. Yo estaba en eso y reconocí que la película podía ser una de las de Tiburón. La primera no podía ser porque es la que más recuerdo con claridad. Pero me daba la impresión de ser una que no había visto antes. Como si la hubieran hecho ahorita pero tratando de hacerla verse como de los años 80. Algo así. El hecho es que empezaba como con planos muy generales y aéreos del mar, primero sólo el mar, en la noche, luego se empiezan a ver luces en una costa, ya se va entendiendo la ciudad, la playa llena de gente y hacia un extremo, el puerto, los canales, grandes barcos dormidos. Para cuando se van cerrando los planos y ya se está como entre una galería formada por las paredes de los canales y los grandes barcos dormidos, se entendía que se trataba de una vista subjetiva y de hecho se empezaba a ver las manos del personaje sosteniendo alguna especie de objeto flotante, planeador, volador. Pero al mismo tiempo que me daba cuenta de que parecía una vista subjetiva, empezaba a pensar que se trataba realmente de mí mismo, o las dos cosas a la vez, como si alguien tomara control de mi cuerpo y yo pudiera estar ahi conscientemente sin poder hacer nada, algo así como en Being John Malkovich.

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