Mensajes agradables (porque) en tu (su) ternura hay un cierto erotismo.
Se puede estar enamorado de una voz, de una respiración, de un sistema respiratorio, sin tener que amar a la persona que es dueña de ellos. Se puede amar una tráquea, un esófago. Puedes querer aprisionarlos, bloquearlos. Hace vomitar a Lacey Duvalle. Que te bañe con un líquido cálido. Báñame con todos tus líquidos cálidos. Dejémoslos cayendo, deslizándose por mi piel. Sentémonos a verlos caer. Cómo desaparecen en mis pliegues y van y aparecen de nuevo un poco más abajo para luego volver a desaparecer. Ahora me ves, ahora no me ves. Dinámica del aparece y desaparecer. Ahora me ves, ahora no me ves. Dinámica de lo húmedo y lo seco. Dinámica del tira y encoge. Dinámica de darnos con una piedra en los dientes. Dinámica de machacarte los dedos con una piedra como si fueran plátanos. Te aplasto los dedos y te echo dientes en ellos. Te dejo así aprisionada en el suelo con tus manos de tostón.
"¿Es así como respondes a mis mensajes de ternura?" Pero no sé si eso es lo que dicen tus ojos inundados a punto de derramarse.
"Me derramé un poco"- dijiste. Y yo me imaginé todas las maneras que hay de derramarse. Todas me gustaron. Todas.
La selección estaba hecha de antemano. Me pusiste a pensar en tus líquidos, me cargaste con ese peso para distraerme, para ir a guardar la parte que me robaste en tu rincón del universo. En el ángulo entre la pared y el suelo del universo. Anunciaste que estabas construyendo una telaraña y me citaste allí. De aquí a allá yo sabría dónde encontrar el lugar. Un día apreté tu brazo y desde tus poros como una mandarina bañaste y perfumaste un pedacito de aire.
Baña-me con tus líquidos internos.
Se puede estar enamorado de una voz, de una respiración, de un sistema respiratorio, sin tener que amar a la persona que es dueña de ellos. Se puede amar una tráquea, un esófago. Puedes querer aprisionarlos, bloquearlos. Hace vomitar a Lacey Duvalle. Que te bañe con un líquido cálido. Báñame con todos tus líquidos cálidos. Dejémoslos cayendo, deslizándose por mi piel. Sentémonos a verlos caer. Cómo desaparecen en mis pliegues y van y aparecen de nuevo un poco más abajo para luego volver a desaparecer. Ahora me ves, ahora no me ves. Dinámica del aparece y desaparecer. Ahora me ves, ahora no me ves. Dinámica de lo húmedo y lo seco. Dinámica del tira y encoge. Dinámica de darnos con una piedra en los dientes. Dinámica de machacarte los dedos con una piedra como si fueran plátanos. Te aplasto los dedos y te echo dientes en ellos. Te dejo así aprisionada en el suelo con tus manos de tostón.
"¿Es así como respondes a mis mensajes de ternura?" Pero no sé si eso es lo que dicen tus ojos inundados a punto de derramarse.
"Me derramé un poco"- dijiste. Y yo me imaginé todas las maneras que hay de derramarse. Todas me gustaron. Todas.
La selección estaba hecha de antemano. Me pusiste a pensar en tus líquidos, me cargaste con ese peso para distraerme, para ir a guardar la parte que me robaste en tu rincón del universo. En el ángulo entre la pared y el suelo del universo. Anunciaste que estabas construyendo una telaraña y me citaste allí. De aquí a allá yo sabría dónde encontrar el lugar. Un día apreté tu brazo y desde tus poros como una mandarina bañaste y perfumaste un pedacito de aire.
Baña-me con tus líquidos internos.
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